05 enero 2009

La ranita esnobita

Denisse Navarro

La Ranita Esnobita cantaba en su estanque con mucha felicidad:
‑kerouac, kerouac, kerouac.
Pasaron seis días y siete noches y la Ranita Esnobita no dejaba de cantar:
‑kerouac, kerouac, kerouac.
Hasta que un buen día, después de croar y croar, gritó:
‑ ¡Me aborroughs, estoy artaud, ésta situación me enerval, pavese que es interminable!
Entonces la Ranita Esnobita se lanzó al estanque para terminar su sufrimiento de una vez por todas y ¡plath!– cayó ‑.

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